Pensar,

Pensar, es pensarte y recorrerte, escucharte, verte, fumarte, en cada bocanada, y si te bebo es porque aún tengo sed de ti, de tu risa, de tu olor, de tu salvaje melena.

Creo oír tu voz que me dice: «no entres».

Y duele, duele bien fuerte. Un montón.

Florecer.

Es buen momento para florecer, por fin he usado los polvos verdes que me diste hace ya algunos meses, esos polvos terrosos que ayudan a que la vida verde y floreciente siga y siga, más bella y fuerte. Se dio la mañana para esparcir el micromin en cada una de las plantas y añorar a que haga su efecto, su correspondiente labor. Por supuesto que seguí las prescripciones que me diste, así que seguramente esto se va a poner bueno.

Estas plantas son hermosas son dadoras de vida recrean el alma y al espíritu lo alimentan con colores, crecen las plantas adentro, florecen algunas, nacen más y siguen creciendo y van teniendo sus espacios van haciendo sus historias, sí las plantas hacen sus historias igual que las flores.

Real

Realidades bien diferentes, cada uno con sus fantasmas, monumentos y tumbas. Con sus camuflajes. Historias escribiendose con sudor, piel que ni al desnudo deja el pudor, cautivante cómo la cabeza de una libélula o sus alas abiertas, desplegadas.

A veces.

A veces quienes menos imaginamos, son los que hacen lo que nadie imagina.

Y llegó con esa clandestinidad.

Con ese ímpetu, tan suyo, tan avasallador.

Y partía de igual manera.

Y compartía todo.

Amor distinto

Creo que la ame como a nadie había amado y la extrañe más que a ese nadie. No había momento que dejara su imagen a un lado, siempre estaba ahí, no dejó de estar el reproche y aún así, la extraño mas que a ese nadie.

High ball,

Un fondo de luz roja sobre la contrabarra, un Clásico de cualquier cantina que intenta redimir los pecados, solo quedaban los dependientes, una mujer rubia pequeña, el fregador un jovencito latino desnutrido y el dueño del bar, un tipo caradura y amable, de esas caras de los que han sido bien golpeados, aguantando los golpes que acumulaba noche a noche en ese bar de mierda. Me sorprendió el cambio de tecnología, antes de la Pandemia, aún contaban con un televisor de caja, ahora transmiten desde una pantalla de LCD muy al día. Solo me detuve por un trago o dos, para lo que me alcanzara con lo que traía de cash, venía mas sobrio que puesto, aunque había fumado más que bebido.

Rojo.